7 de noviembre de 2006

*Alicia y su Mundo*__________________________________________________

Cuento Infantil*
Había una vez, en una playa desierta, una muchacha llamada Alicia, a la cuál, le encantaba jugar con arena y construir castillos desde pequeña, ya que al hacerlo, a su mente venía la imagen de su madre y una serie de recuerdos, desde la muerte de sus padres, hace tres años atrás, cuando vacacionaban en el mes de Febrero y disfrutaban de un maravilloso y acomodado crucero, hasta que este seis horas más tarde, se prendió en llamas fue en donde perdió de vista a sus seres queridos, y logró sobrevivir, ante tal desgracia, en ese momento, lo único que pudo hacer fue volar, sin saber precisamente en donde se encontraba, hasta que llegó a las costas; un sol enorme brillaba como sus ojos, decidió entonces bañarse para distraerse, pero su sorpresa fue mayor, al salir del agua, y darse cuenta que sus piernas estaban juntas, sin poderlas separar, tampoco podía ya volar, percatándose a la vez que no podría huir a la ciudad, a su hogar, que tanto extrañaba, porque se había convertido en nada más y nada menos que en una “Sirena”.
Alicia, ya tenía 18 años de edad, se sentía sola, y comenzaba a comprender, lo que para su madre representaba la arena, “cada granito, una nueva y gran etapa de la vida”. De pronto, mientras reflexionaba con madurez, las olas, arrojaron algo rojo, un cangrejo; este rodó hasta quedar ubicado en una de las manos de la muchacha. Después de mirarse ambos fijamente, el cangrejo, le habló, se presentó como benjamín, le comentó que acababa de perder a su familia, porque había sido devorada instantáneamente por un tiburón, que esto le provocaba bastante pena, ya que no supo aprovechar a quiénes más quería, cuando estaban a su lado.
Alicia, también le compartió un tanto de su historia, pero le recalcó, que desde el momento en que lo había conocido, su vida más feliz, no podría ser, pues nunca imaginó poder encontrar a alguien con sus mismas características, ni mucho menos en ese lugar tan desabitado.
Ya transcurrido un mes, seguían juntos platicando, planificando su futuro, eran tal para cuál, en reiteradas oportunidades sus pensamientos, coincidían. Se enamoraron.
Construyeron un refugio, para vivir cómodamente, al lado de una anorme roca, con arena y algas, “arena”, que significaba la vida de ambos, su forma era la de un corazón.

2 comentarios:

BELMAR dijo...

UFFF.. VIVIMOS MUY CERCA!

VEO QUE HACES MUCHAS COSAS
Y ERES MUY ATRACTIVA!

SALUDOS Y BESOS PARA TÍ...

UN DÍA DE ESTOS NOS ENCONTRAREMOS
EN ALGUNA ESQUINA.............

Gonzalo Villar Bordones dijo...

a dónnde viajan tus sueños?